Dicen que una vez la comarca la gobernó un marqués... Marqués de Solimonte le decían, y nos sugestiona la imagen de un visionario montañés de espíritu libre y aventurero cuyo deseo era el éxito en su significado más completo: riqueza, poder y comodidades materiales, soñador de grandes proyectos, emprendimientos y recompensas;
instintivamente llamado por el pueblo, Marqués de Sol y de Monte, porque su personalidad contrarrestaba con un carácter que irradiaba luz, comprensión, compasión, la gente sentía su calidez y justicia y por ese motivo atraía a muchas personas que necesitaban seguridad o simplemente descargar sus cargas… Por aclamación sentimental y cariño sincero de un pueblo y por supuesto, por derechos de tributos económicos se ganó su título de MARQUÉS DE SOLIMONTE